Cosas de las que me arrepiento después de…

Un copete y nada más, me digo siempre que voy a beber, pues sé que mi cuerpo no tiene mucha tolerancia y menos cuando se trata de ingerir ese condenado Ron- Limón que tantos problemas me ha traído en esta vida.
Pero no aprendo las lecciones de esta vida y ayer me tomé unos cuantos vasos y luego rematé con una piscola que me llevó a vomitar. Lo que sí he aprendido con el paso de los años es que ya no doy espectáculos en frente de los invitados. Atrás quedaron esos días en los que caía inconciente sobre el piso y luego abría la boca sólo para dejar que esa sobredosis de alcohol saliera de mi cuerpo, provocando el asco, la risa y la preocupación de mis pobres amigos o «recién conocidos» que tenían que sacar sus dotes de enfermeros y cuidar de que no muriera como un rockero ahogada en mi propia mugre estomacal.
Ayer cuando descubrí que ya estaba más que mareada, me retiré discretamente, procurando que la elegancia no me abandonara al caminar y que los invitados no se percataran de que estaba borracha y a punto de invocar a guajardo. Así que me encerré en mi pieza, acompañada de mi nunca bien ponderada «bolsa líder» y comencé a vomitar hasta que sentí que el mareo pasaba y que mi estómago poco a poco se vaciaba de ese líquido tan venenoso.
Sin embargo, cuando me hube sana no hice lo que tenía que hacer. No me dormí. Dejé que un impulso de ebria se apoderara de mí y tomé el teléfono para marcar un número que hace más de un mes no digitaba. Llamé una vez y nada. Él no contestó, pero insistí una vez más y entonces oí su voz.
«Hola, Feliz Navidad», le dije con la voz temblorosa, no sé si por pena o por el intento de no sonar ebria.
«Hola, Feliz Navidad», me respondió y luego no recuerdo qué hablamos. Sé que le dije que lo extrañaba, pero ya no como mi pololo de diez meses, sino que a él, Le dije que nadie me hacía reir con tantas ganas y que lamentaba el día en que todo se nos fue al carajo,pero así fueron las cosas. y había que aceptarlo
Le dije también que lo necesitaba cerca, pero no para darle besos, sino para que compartiéramos los días, las horas y los meses, porque mal que mal en el último tiempo nos habíamos convertido en buenos amigos.
Le dije tantas cosas. Le dije tanto de mí y de lo que pensé que jamás le diría. Y él habló, pero no recuerdo sus palabras… Sé que escuchó atento y que dijo que él siempre estaría ahí, pero hay algo en su voz ( en lo que recuerdo) que me dice que para él ya no soy nada. Que para él se abrió un nuevo libro y atrás quedé yo.
Esta mañana cuando desperté y recordé haberlo llamado cerca de 20 minutos a su celular no sólo me amargué por la cuenta que tendré que pagar a mis padres, sino también porque nuevamente fui yo la que lo busqué. Así como fui yo quien le dio el primer beso y quién le dijo «Pienso que debemos darnos una oportunidad». Así como fui yo la que cedió para evitar peleas, la que se alejó de su propia vida para iniciciar una junto a él… Yo, todo este tiempo yo, queriéndolo más de lo que él me quizo a mí.
Entonces me levanté de la cama y encendí el computado y escuché «Getting Away with you», un clásico de Pet Shop Boys con New Order y ahí estaba reflejada toda mi historia con él » I love you more than you love me…»
Lo bueno de toda esta aventura etílica no es que hoy tenga más de un motivo para reirme, sino que por fin entendí de verdad que estoy/estaba haciendo el loco. Hace muchísimo tiempo que mi corazón estaba sintiéndose decepcionado, porque daba más de lo que recibía. Porque se había entregado y nadie lo esperaba.
Ese fue el motivo de que ambos nos alejáramos y ya no quedan más que recuerdos. EL vacío que siento no es su ausencia, sino la nada que este amor me dejó. Un amor que nunca fue realmente amor.
«its clear to see, I love you more than you love me».
Hoy me siento con la fuerza necesaria para dar vuelta la página y comenzar mi nueva vida. Porque amores van y vienen. Él no será el último , como tampoco fue el primero. Y no es tan corto el amor y tan largo el olvido. Es largo el tiempo en que demoras en darte cuenta que la felicidad no depende de «otro» ni de «otros», ser feliz va en ti y en la capacidad que tengas para deleitarte, sorprenderte contigo misma, pues , tal como dice un viejo refrán… «el gran amor comienza contigo mismo».
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One Comment en “Cosas de las que me arrepiento después de…”

  1. Carlos Says:

    Hola Daniela:
    Creo personalmente que es una tortura llamar a alguien que ya te está haciendo mal, pero está bien por otro lado que lo llamarai pa darle punto final al cuento, o para desquitarte y buitrearle en palabras lo que no le habias dicho antes. Pero en el fondo, ¿ que querias que te respondiera el individuo ? ¿ que habias sido buena persona, polola, etc…? las pelotas…. pueden ser hasta palabras de buena crianza que no van a cambiar en nada lo que pase de aqui en adelante.


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